el sábado salí con aloia. conocí a un alemán y nos besamos. dos amigos coinciden en que es el chico más guapo con el que me he liado. 

recuerdo que hicimos contacto visual mientras él estaba en la barra. (Siempre me sorprende encontrarme con la mirada de alguien recayendo sobre la mía, me sorprende que la gente elija mirarme, me sorprende existir, poder ser vista.) 

este chico me mira a mi, se acerca a mi y me habla a mi. Y me sorprende y me siento culpable porque siento que se está equivocando, y cuando me toca la cadera y me acaricia el brazo me entran ganas de llorar porque este chico me va a besar y yo no voy a disfrutar de ese beso porque en vez de pensar en el beso estaré intentando entender el beso. 

no trato de entender cada beso que recibo, pero sí me extraña ser besada sin haber sido antes conocida. horas antes de entrar a ese bar hablaba con aloia de lo siguiente;

Todas las que no hemos sido objeto de deseo y/o romance durante nuestra adolescencia hemos tenido que poner un esfuerzo y una dedicación considerables a la hora de construir nuestra personalidad y todo lo que la envuelve. Construyo a consciencia mi atractivo para no quedar excluida del juego del deseo, como una llamada de socorro para gritar al que mira y escucha que somos merecedoras de amor y deseo aunque no seamos objeto habitual de mirada (como lucía. muchas veces ando con ella por la calle y la paran para decirla que es guapa. a mi muy poca gente me ha llamado guapa en estos últimos años, podría contarlo con los dedos.) creo que quizás por esto tengo el pelo corto, muevo mucho las manos, fumo tanto, me esfuerzo activamente en reafirmar que soy interesante y tengo pánico a perder el control de los cambios físicos de mi cuerpo.

me sorprende que alguien me mire sin que yo le haya convencido antes de que merezco ser mirada. Me gustaría aceptar el beso de un extraño con ligereza y no con culpa.